lunes, 1 de junio de 2020

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La directora del “Blanca Etchemendy”, Prof. Ana María Díaz, nos cuenta en la entrevista cómo se gestiona esta escuela de Barrio Villa El Libertador donde el contexto es tan dinámico. 



Tu escuela fue incluida en el nuevo régimen académico. ¿Qué aspectos positivos podés destacar?

El nuevo régimen nos potenció para bien. Pedagógicamente, hacer la transformación nos ayudó. Fue un cambio de abajo para arriba.

Los profesores colaboran mucho. Lograron hacer lo que saben y lo que no lo aprendieron. Trabajan entre ellos. Preguntan, no tienen vergüenza de decir “esto no lo sé, explicámelo”. Porque parece que en la docencia tenemos que saber todo…

Yo dependo mucho de lo que ellos me dicen. De ahí en más, es como seguimos porque solamente va a transformar el aula, el que está en el aula.

También están los tutores del nuevo régimen que acompañan a los alumnos, colaboran con los profes, hacen sus actividades propias, colaboran con el equipo gestión. Es increíble cómo están presentes.

Y hemos logrado conformar un equipo de gestión que es una maravilla. Hacemos reuniones, siempre están disponibles, nunca dicen que no.

Todo esto ha hecho que la escuela tome otra dinámica.

Podemos, porque hacemos el esfuerzo entre todos.
Cada uno contribuye con algo para que podamos trabajar con todos los alumnos.



En cuanto a la motivación, ¿cómo van llevando la situación durante la cuarentena?

Estamos notando que algunos chicos ya no están comunicados como antes.

Particularmente, surgió un caso de desvinculación de un alumno, más los problemas de conectividad y eso generó una gran preocupación entre las preceptoras. Una tremenda desilusión, porque le ponen mucho compromiso a sus tareas diarias.

Ante la situación, les pedí que eso no implique desanimarnos y que respetemos los tiempos de los chicos. Si no se conectan hoy, se conectarán mañana.
También necesito que el personal gestione la energía propia y se cuide para llegar al día que volvamos a la escuela.

Estamos entrando en una etapa con mayor porcentaje de emoción y menos en lo cognitivo e intelectual. Un menor interés que surge por la pandemia, la cuarenta, la inseguridad y el estrés.

El no saber cómo sigue esto, va potenciando algunas cuestiones psicológicas.

Tengo la intuición que cuando la escuela se abra no digo el 100%, pero el 90% va a estar, lo siento.



¿Cómo estás transitando la cuarentena?

Tengo la emoción muy encima y eso que no tengo mayores problemas.

Imaginate los chicos… y los profes. A ellos tengo que darles aliento, motivarlos, acompañarlos de la mejor forma.

En una reunión de Inspección cuando quise hablar se me hizo un nudo en la garganta y mis lágrimas transmitieron muchas cosas, aunque me hubiera gustado poder contar todo lo que está haciendo la escuela y que es mucho...

Pero agradezco a los demás directores y a la Prof. Graciela Lorenzo, Inspectora de la IRC1, por haberme comprendido. 

En tanto, el Prof. Edgardo Carandino, Inspector General de la DGESec, tomó esta cuestión emocional, lo puso en un escenario importante y lo tradujo a códigos pedagógicos, transformándolo en algo favorable.



¿Qué significa para vos el “Blanca Etchemendy”?

La escuela es mi equilibrio. Parece exagerado, pero por eso me cuesta jubilar.
Yo disfruto el trabajo, me involucro mucho.

Creo que, para estar en nuestra escuela, no podés a medias tintas.

Hemos logrado cambios muy positivos donde simplemente yo acompaño y dejo hacer, en los marcos que describe el Ministerio de Educación.

Hay que dejar que la gente haga y se exprese.
Lo que piensan, se haga visible.
Que no tengan miedo.

Compartimos el video que Ana María gentilmente nos preparó para contarnos un poco más de su comunidad educativa:



La IRC1 agradece la simpleza con que Ana María pudo transmitir su emocionalidad.
Una docente con más de 30 años trayectoria que pensó que ya había vivido todo en la escuela y que hoy está enfrentando esta situación impensada, donde: 
se hace más desde el corazón que desde el conocimiento.